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Por la ventanilla del minibús dejo atrás a los búfalos a los campos de arroz, a los niños descalzos y pienso en que ahora soy un electrón con la energía suficiente para dar un salto, modificar mi estado y cambiar de órbita…, Mark me devuelve a la realidad metiéndome el móvil por la oreja para enseñarme una foto de su hijo vietnamita.
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Llegamos a Hanoi el viernes por la tarde y nos recibe en el hotel una comitiva de mujeres empresarias de Hanoi con las que pasamos la tarde antes de ir a cenar con Mark que nos invita para despedirse de nosotros. Después de cenar nos vamos a tomar una cerveza a una terraza desde la que observamos divertidos el caos de tráfico de la ciudad.
Arjan parece estar en su salsa regateando, compramos palillos, bolsos, sombreros, camisetas, pantalones de seda, comparado con España todo es super barato, aunque haga falta sacar un millón de dongs vietnamitas (menos de 60$) del cajero para poder pagar las compras, Vietnam es el único país en el que he estado donde soy millonaria. Ahora me acuerdo de la gente que me aconsejó dejar hueco en la maleta y a la que no hice caso.
Pero aunque juguemos a ser millonarios, después de pasar un mes comiendo en casas o en restaurantes callejeros nos parece algo caro un sitio que recomiendan en las guías, a una media de 8 dólares el plato y seguimos caminando por Hanoi buscando donde cenar cuando nos topamos con una plaza donde se celebra la hora del planeta, multitud de personas frente a un escenario en el que actúan músicos y donde en breve aparecerán las autoridades para apagar las luces de la ciudad durante una hora, la cena tendrá que esperar. Nos confundimos con la multitud y enseguida nos ofrecen unas velas que necesitaremos encender en breve, jóvenes y mayores descendiendo a la oscuridad para poder ver la luz, a veces es necesario.
La mañana del domingo la pasamos en un café con conexión a Internet preparando las entrevistas con los medios de comunicación que tendremos el lunes: IT and Life Program, Vietnam ICT News y The News Voice of Vietnam, lo que nos sirve para rememorar las cosas que hemos vivido durante este tiempo. Por la tarde alguna compra más, masajes a 4 dólares y empezamos a decir adiós a los que parten primero: Debbie, Ashok y Joanna, el lunes, después de las entrevistas, nos vamos el resto.
Los saltos cuánticos son la causa de la emisión de luz, al decirles adiós percibo la nueva luz que irradian sus miradas.